lunes, 1 de diciembre de 2008

AMBICIONES QUE CIEGAN


Que es mas importante: la salud o el dinero? el trabajo o la familia?

Estas son preguntas típicas que todo el mundo ha oído o se ha podido plantar en un momento determinado de su vida. La respuesta parece fácil, evidente diría yo. Pero no todo el mundo lo tiene claro o al menos no tan claro cuando llega el momento de planteárselo en serio.

Desde pequeños nos intentan inculcar un afán de superación, ya sea la familia o en el colegio. A cualquier padre o profesor le gusta ver a un niño con grandes aspiraciones en la vida, con proyectos y ambiciones. No digo que esto sea un error, ni mucho menos. Solo digo que estas ideas que metemos en las cabezas de las personas no siempre son acertadas.

Por otra parte estoy de acuerdo con aquellas personas que piensan que un joven, un adolescente sin ninguna aspiración ni entusiasmo por nada lo tendrá mas difícil que uno que si que los posea. Pero esto no quiere decir que este último vaya a triunfar. Cierto es que pueda llegar mas alto y tener mas dinero. Pero es eso triunfar?

Llega pues el momento de valorar lo que es mas importante para cada uno, y aquí es donde quería llegar, si el trabajo o la familia. El joven ambicioso, muchas veces sube en el escalafón económico y triunfa en su trabajo. Esto supone tener una base económica mas o menos sólida así como un estatus social.

Desgraciadamente, en esta vida no todo es sencillo ni mucho menos. Este trabajador adinerado a menudo se tiene que volcar plenamente en su trabajo. Esto provoca que los mejor años de su vida los pasa obstinado en sus labores dejando de lado lo que podríamos denominar los placeres de la vida. Por este motivo muchos padres se pierden los primeros pasos de sus hijos, no desconectan del trabajo cuando salen de el, no disfrutan de la vida plenamente de lo que realmente importa.

El problema está en que vimos en una sociedad muy materialista que nos hace creer que para ser felices tenemos que tener cosas. Para tener cosas hay que trabajar mucho y llegar muy alto, así conseguiremos dinero. Con el dinero se compran esas posesiones.

Pero no nos engañemos, el dinero no hace feliz, puede que ayude a ello, pero eso no es todo.


Hay dos tipos de personas: las que viven para trabajar y las que trabajan para vivir.

Las primeras suelen ser grandes obstinados en ser los mejores o en conseguir llegar alto, los segundos personas que tienen menos ambiciones y que aprecian mas los pequeños placeres que nos brinda la vida.

Creo que es mejor vivir la vida de manera plena, disfrutándola y trabajando para poder vivir bien; que vivir con grandes privilegios que no puedas disfrutar realmente ya sea por la falta de tiempo debido al trabajo o porque este siga presente en la cabeza de las personas aún cuando no están en su horario laboral.

Estas ambiciones nos ciegan. Nos obstinamos en conseguir algo, luchamos por ello. Llegado el momento, si conseguimos lo que nos hemos propuesto seremos felices, pero llegará un día que qerremos mas y buscaremos llegar mas alto, así sucesivamente. Pero, si llegado el momento no conseguimos lo que nos hemos propuesto, todas esas energías y tiempo quedan en vano. Si aquello con lo que nos hemos obstinado en conseguir no es alcanzado nos damos cuenta que nos hemos perdido muchos momentos de felicidad por tener una unica cosa en la cabeza.


Las ambiciones nos ciegan, no vemos lo que nos estamos peridendo por la obstinación en conseguir algo.


Yo no quiero quedarme ciego.

No hay comentarios: